STULL, UNA DE LAS SIETE

Hoy os presento la leyenda del cementerio de Stull, que ha dado que hablar desde hace décadas... Y que a mí me pone los pelos de punta xD.

Según las páginas de historia, Stull, era una pequeña comunidad llamada Deer Creek que fue poblada por seis familias de colonos de ascendencia alemana alrededor de 1850. En 1859, comenzaron a organizar la que sería la primera iglesia de allí, pero no fue hasta 1867 que pudieron construirla. Año en el que habían recaudado suficiente para construir el edificio de piedra en el terreno que les había donado Jacob Hildenbrand con el fin de hacer también un cementerio junto a la iglesia. Hasta aquí todo de lo más normal, pero ahora viene la leyenda...

LA LEYENDA

Noviembre de 1974, un periódico de la universidad de Kansas publica un artículo que escandaliza a toda la ciudad. En este artículo se narraba la leyenda que maldice a este pequeño pueblo cercano a Lawrence y que tiene aterrorizada a la población.

Al parecer, antiguamente, el pueblo era conocido como Skull, pero para que no descubrieran que los colonos practicaban la magia negra allí, se cambió por el que tiene hoy día. En 1850, alguien asesinó a sangre fría al alcalde de la pequeña comunidad y lo hizo en un viejo granero de piedra que yacía en una pequeña colina desierta. A los pocos años, aquel granero fue donado y convertido en iglesia, que tristemente ardió en un misterioso incendio pocos años después, para volver a ser reconstruida. 

Desde aquel 1850, las leyendas hablan de que el mismo diablo, aceptando aquel asesinato como un sacrificio en su nombre, aparece todos los años durante el equinoccio de primavera y Halloween, tras haber recolectado los espíritus por muertes violentas y abriendo una de las siete puertas de entrada al infierno. 

Más rumores aumentan la leyenda, con la historia de que tuvo un hijo con una mortal y que este salió deforme, muriendo a los pocos días y siendo enterrado en el cementerio. Dejando a su espíritu vagando por allí y observando, según algunas declaraciones, a los transeúntes desde detrás de un árbol. Árbol que, por cierto, también se usó para ahorcar a mujeres acusadas de brujería y magia negra.

El 20 de Marzo de 1978 (Equinoccio de primavera), más de 150 personas se presentaron a medianoche en el cementerio de Stull, esperando la llegada del diablo. Pero aunque esto no sucedió, la leyenda continuó viva... Tan viva, que un par de años después, en 1980, multitud de historias comenzaron a surgir hasta tal punto que se empezó a llevar a cabo un registro de los extraños casos que sucedían. Un periódico local de Kansas, publicó algunos de los relatos aumentando aún más los rumores y los testimonios. 

Uno de los casos contaba que dos hombres habían ido en coche hasta el cementerio en plena noche a visitar tranquilamente las tumbas de sus familiares. Y que, de repente, un fuerte viento comenzó a surgir de ninguna parte asustándolos. Corrieron hasta el coche y quedaron petrificados. El coche no estaba donde lo había dejado, sino en el carril contrario y en dirección opuesta. 

Otro, contaba que un anciano había sentido ese mismo viento pero con mucha más fuerza, tanta que lo tiró al suelo y le impedía moverse...

Un joven declaraba que visitando una tumba a pleno día, sintió como le agarraban del brazo fuertemente como queriendo impedir que se marchara.

Más gente, declara que en ocasiones han visto como llovía dentro de la iglesia en un día soleado. Y sin que esta tuviera goteras o cualquier tipo de filtración de agua. O que al visitar el cementerio, han perdido la memoria...

Los habitantes del pueblo junto con el párroco de la localidad afirman que todas las leyendas son reales y no meras invenciones de adolescentes.

En 1993, el propio Juan Pablo II, quiso sobrevolar con su avión privado la ciudad de Kansas y  pidió que no pasaran por la zona de Stull, ya que era un terreno profanado.

A día de hoy, el cementerio es inaccesible, ya que lo rodea una gran valla metálica y la iglesia fue derruida en 2002 debido a que la gente iba allí a practicar rituales de ocultismo o a hacer el vándalo las noches de Halloween. Aún así, se han concedido permisos especiales. Como a los realizadores de la serie "Supernatural", que rodaron un espisodio allí. Eso sí, con contratos de por medio en los que, la gente del pueblo y el propio alcalde, se "lavaban las manos" si algo sobrenatural sucedía mientras rodaban. 

Y ahora yo os pregunto: ¿Realidad o sugestión? ¿Serán solo meras leyendas?